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Ramilletes de coral, compases y clepsidras, el mito de la diosa lunar Diana y del dios solar Apolo, ¿simples decoraciones presentes en los frescos de los palacios del s.XVIII o símbolos esotéricos que interpretar?
por Anna Casisa
Leyendo el interesante ensayo de Santina Grasso Echi del rococó negli affreschi di Palazzo Santa Croce publicado en el volumen II 700 encontrado en el Palacio Sant’Elia, editado por la Provincia Regional de Palermo, es imposible no asombrarse y, sobre todo, no interesarse por lo que escribe, aunque sea en una nota, sobre los frescos de esta noble redidencia.
En la nota 42 de su trabajo afirma: No hay que excluir, sin embargo, como sugiere M.C. Di Natale (El uso de espacios interiores…cit. p. 84), un segundo nivel de lectura más oculta, si se quiere interpretar el ciclo figurativo como un recorrido de iniciación relacionado con la masonería, que podría llevar a algunos símbolos repetidos en las pinturas como la clepsidra, la antorcha y la pirámide, además del mito de la diosa lunar Diana y del dios solar Apolo. Precisamente en relación a estas dos divinidades, también presentes en diferentes frescos de los palacios nobiliarios palermitanos, Maria Concetta Di Natale, en el trabajo arriba citado, de hecho afirma: [...] según la interpretación simbólica masónica, en auge en aquel periodo, el sol y la luna que se refieren a las dos divinidades, son las luces del mundo, la diurna y la nocturna, y hacia ellas tiene que dirigirse cada afiliado, tanto durante el día como durante la noche, en la búsqueda constante de la verdad, sin ceder ante las tenebrosas invitaciones del vicio. [ ] Queriendo dejar a un lado el tema mitológico de este fresco y otros del mismo pintor, el pensamiento corre por analogía hacia las representaciones alegóricas del Palacio Butera de Palermo, en las que están presentes Júpiter, Marte Apolo-Sol. Diana-Luna, Saturno, Mercurio y Venus que parecen ofrecer nexos con la cultura esotérica, mediada a través de la ideología masónica del comisionado. Pero si quisieramos seguir este nivel de lectura más oculta ¿qué otros símbolos esotéricos se esconden en los frecos del Palacio Sant’Elia y sobre todo cuál es su significado? Se lo hemos preguntado a Rosanna Balistreri autora de Alchimia e Architettura, un percorso tra le ville settecentesche di Bagheria, actualmente ocupada en la redacción de una nueva publicación sobre el Palacio Branciforti de Butera de Palermo.
¿Doctora Balistreri por qué los símbolos masónicos se deberían encontrar en las decoraciones de las residencias aristocráticas?
Muchos aristocráticos eran masones y muchas representaciones reflejan su ideología. Pero no olvidemos que el perfecto masón es también alquimista y el oro que quiere obtener el alquimista, es decir el pefeccionamiento interior, es la finalidad que también quiere conseguir el perfecto masón, la transmutación es solo interior.
¿En qué salas de nuestros palacios es más probable encontrar símbolos alquímicos o masónicos?
Casi nunca en las primeras salas. Estas acogían a todos los visitantes y, por lo tanto, se preferían las salas que estaban más adentro. Los encontramos muy a menudo en los medallones monocromáticos, estos, respecto a los frescos con colores más vivos, se notan menos y por lo tanto son ideales para acoger cierta simbología. Los símbolos también los encontramos al lado de algunas figuras alegóricas, pero muchas de estas alegorías se añadían para distraer la atención.
¿Podría poner un ejemplo?
A menudo una coronación del príncipe es la alegoría de la coronación del mismo alquimista. Y así, por ejemplo, cerca o entre las manos de quien viene coronado encontramos una pirámide, exactamente como en este palacio, símbolo de la alquimia e importante símbolo masónico; su forma cuadrada y su forma triangular representan respectivamente la unión de lo divino con lo creado. O aún más, el triunfo del dios solar Apolo no es otra cosa que la metáfora del final del recorrido alquimista. Muy a menudo los frescos que se suceden en el recorrido de las antecámaras del piso noble celan justamente un recorrido dirigido a alcanzar todos los grados de la perfección.
¿Qué otro símbolo esotérico se esconde entre los frescos del Palacio Sant’Elia?
Está presente el uroboros, es decir la serpiente que se muerde la cola, que expresa la naturaleza cíclica de las cosas. Encontramos el compás, que representa el Cielo y cuya forma recuerda la de la letra A, por lo tanto principio de todas las cosas. Y después también encontramos aquí, como en muchas otras residencias históricas, el ramillete de coral. Michael Maier, un médico alquimista que vivió entre finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII, en su célebre obra L’Atalanta Fugiens sostiene que el único ejemplo en la naturaleza de la piedra filosofal es el coral, y cita precisamente nuestro coral siciliano.
Este recoge en él los cuatro elementos, es decir, agua, aire, tierra y fuego: corre y se nutre bajo el agua, pero está anclado en la tierra y para adquirir el color rojo del fuego se debe cortar cuando sopla el viento Boreal.
Algo constante entre los símbolos de nuestros palacios es Hércules, y también aquí en el Palacio Sant’Elia exactamente en los escalones de la entrada había una estatua de Hércules. ¿Cuál podría ser la explicación de esta presencia?
Hércules, o la referencia a uno de sus trabajos, lo he encontrado en todos los palacios que he visitado en Sicilia, o casi siempre. Hércules es uno entre los muchos mitos escatológicos, recordemos que afronta incluso doce trabajos antes de llegar al Olimpo, doce como son las operaciones alquímicas, y por eso, es el ejemplo de la mejora del hombre, de ser mortal pasa a ser inmortal. La finalidad de la filosofía alquimista es la de acercarse lo más posible a Dios. Me convenzo cada vez más de que sea el hilo conductor de toda una filosofía que los nobles querían representar.